Oh sentimiento que no se opaca con distancias
pasión la cual el tiempo no mata
cuyo corazón de raíz arrebata
y a quien mi cuerpo no acata.
Oh Señor de mis lamentos
y amo de mis sufrimientos;
también eres dueño de mis pensamientos
y amplificador de mis sentimientos.
Eres señor de señores
o terror de terrores,
más nunca caes mal al entrar
aunque siempre llegas sin avisar.
Nunca golpeas la puerta y
llegas incluso donde el asceta
aunque nunca llegas a destruir
a veces a muchos haces sufrir.
No te ofendas con lo que te digo
pues eres único y te bendigo,
pues en verdad pocos son
los que nos llenan el corazón.
Aunque muchas veces por ti creí morir,
no puedo negar las ocasiones en que me hiciste reír
gracias mi gran y noble peleador,
por mostrarme tu identidad, señor amor.
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