Recorremos
la vida sin ver la belleza que esta tiene, esperamos algo fantástico, único y
algunos mueren esperándolo. No sentimos lo maravilloso de tener agua, de
bañarnos con agua caliente, de respirar libremente, de caminar, de tocar, de oír,
de cada una de las cosas que Dios nos da…pensamos en lo que no tenemos y a
veces nos angustia demasiado.
Hace poco
conocí a una mujer maravillosa, se pide demasiado a sí misma y da mucho, de a
poco se convirtió en mi principessa, en
la mujer que dibujo en mis sueños.
Aquella que
me obliga aún más a mirar lo maravilloso de la vida para compartirlo juntos, oír
su voz, ver su rostro, observar lo que me dice me hace agradecer el que exista.
Ella, ser maravilloso, que me ha enjugado mis lágrimas con
sus palabras y me ha acompañado en mi delirio. Con ella quisiera pasar cada
segundo, acariciar su pelo, consolar sus lágrimas y convertirlas en sonrisa,
quiero que cada día sea especial para nosotros y que no dejemos de
maravillarnos con lo bello de este mundo ¿Existen cosas malas? Sí, y muchas de
ellas nos sirven para aprender a ser más fuertes…a veces me da miedo quererla y
que me quiera tanto, quizás por un deja vú mental de alerta que me recuerda que casi siempre “pasa algo” cuando
estoy demasiado feliz. Sin embargo esta vez es distinto, se rompió el esquema al fin, mi corazón siente una
atracción demasiado fuerte, mi mente, fiel compañera no puede llenarme de
preocupaciones y las abandona, simplemente espero disfrutar cada día de su presencia, me hace olvidar lo que estoy pasando actualmente y me mantiene feliz. Como
una rosa cuando cae el rocío ella alegra mis días, como una caricia de amor en el
momento preciso, un susurro al oído y un suave temblor de la piel, me hace desear ser mejor con y para ella, que ella sienta mi presencia y que
digamos que es demasiado tarde para ilusionarse…porque la ilusión termina y el
amor perdura.
De ella quiero ser prisionero de su amor…sí, lo sé, es demasiado tarde para
ilusionarse…meu amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario